La
Realidad Educativa y su Transformación Creativa
Teniendo en cuenta la importancia que tiene
la educación como herramienta para la transformación del individuo desde el
abordaje profundo y significativo que debemos darle a la misma como futuros
doctores, doy una breve reflexión de algunos temas importantes discernidos en
el encuentro formativo del día 22 de junio en la cátedra de Investigación
Educativa como son: desafíos
de la Educación del siglo XXI y los paradigmas aplicados en el campo de la Investigación Educativa.
Desafíos de la Educación del Siglo XXI
La globalización está presente en la
realidad y en el pensamiento, desafiando a muchos en todo el mundo a pesar de
las vivencias y opiniones diversas. La mayoría reconoce que éste fenómeno se
presenta en la actualidad de la misma forma como se diseña un nuevo mapa del
mundo: desde la realidad y lo imaginario en todos los ámbitos; en este caso, es
necesario tener en cuenta la importancia que tiene los aportes que da la
educación en la formación de las naciones y países, donde ha sido reconocida
universalmente como un derecho fundamental del individuo y como requisito
previo para el desarrollo económico, social y cultural de los pueblos
establecido por la UNESCO como ente rector, la cual ha diseñado un marco de
acciones en investigación y prospectivas en educación en el siglo XXI, los
cuales corresponden:
a)
Enseñar a desarrollar habilidades de pensamiento de orden superior: crear,
evaluar, analizar, aplicar, comprender, memorizar.
b)
Impulsar la comunicación a través de un modelo interdisciplinar, mediante el
trabajo en equipo y la comunicación efectiva con las tecnologías disponibles.
c)
Usar el planteamiento y solución de problemas empleando situaciones del mundo
real en un contexto de aprendizaje mediante un modelo disciplinar.
d)
Desarrollar competencias humanas, digitales y tecnológicas.
e)
Utilizar e aprendizaje basado en proyectos mediante un modelo interdisciplinar
y la colaboración incorporando las tecnologías disponibles.
f)
Evaluar a los estudiantes con un feedback apropiado y puntual con objetivos y
metas claras, transparentes, así como también una auto-evaluación y no una
evaluación por pares a las tareas relevantes.
De
allí nace la necesidad de dar una mirada en perspectiva a una sociedad global
del conocimiento, conociendo y comprendiendo la realidad desde una conciencia
informada, dando un giro en nuestra forma de hacer y entender las relaciones,
para comprender nuestro pasado,
entendiendo nuestro presente y deslumbrar nuestro futuro; siendo necesario
poner en práctica los fundamentos de la investigación educativa como una
actividad que exige habilidades, dominio de conocimientos generales y
específicos, de métodos, técnicas e instrumentos, manejo e interpretación de la
información para transformar al ser humano partiendo desde sus necesidades
naturales las cuales han sido configuradas por las condiciones históricas y
sociales de su contexto. Este es reto: “Educar para transformar”
De acuerdo a las consideraciones antes descritas,
es prudente conocer un poco sobre la conceptualización de Paradigma, que según Kuhn,
citado por Lunnar (2005) lo define como realizaciones científicas
universalmente reconocidas que, durante cierto tiempo, proporcionan modelos de
problemas y soluciones a una comunidad científica, en otras palabras un
conjunto de las creencias, valores reconocidos y técnicas que son comunes a los
miembros de un grupo dado. Entre las categorías existentes encontramos el
Paradigma Positivista.
Para Dobles,
Zúñiga y García, citado por Meza (2006) sostienen que el positivismo se
caracteriza por afirmar que el único conocimiento verdadero es aquel que es
producido por la ciencia, particularmente con el empleo de su método. En
consecuencia, el positivismo asume que sólo las ciencias empíricas son fuente
aceptable de conocimiento. Es una concepción general de las formas de
interpretar y comprender la investigación, su lógica utiliza la vía
hipotético-deductiva para validar todas las ciencias. Se configura a partir de
supuestos interrelacionados de la siguiente manera: la teoría debe ser de
carácter universal pero sin permitir generalizaciones.
Sus enunciados se limitan a descubrir las
relaciones entre los hechos independientemente de los fines y valores
individuales, el mundo social se constituye como un conjunto de variables
operativamente separables en un sistema de interacciones. Uno de los
representantes más significativos del de la mitad del siglo XIX es Augusto
Comte; padre del positivismo y el primer teórico que empezó a hablar del
término “sociología”. Su obra estuvo muy ligada a Saint-Simon y otros teóricos
de la época. En el ámbito educativo su aspiración básica es descubrir las leyes
por las que se rigen los fenómenos en la educación y elaborar teorías
científicas que guíen la acción educativa.
Otros de los paradigmas usados en el
estudio de la acción educativa es el Paradigma
Interpretativo, catalogado como humanista
ya que utiliza la metodología cualitativa para profundizar el conocimiento y la
interpretación de la realidad. Se basa en argumentos sociales para concebir a
la realidad de forma dinámica y diversa, donde el investigador participa
democrática y comunicativamente con el objeto investigado. Se opone al
positivismo por estar dirigido a las
acciones humanas, la práctica social, la comprensión y significación del porqué
de una realidad. También es conocido como paradigma etnográfico, naturalista,
fenomenológico. Uno de sus representantes más destacados es Edmundo
Husserl, el cual nos habla de
fenomenología, aseverando que a través de esta se puede distinguir como son las
cosas, partiendo de cómo nosotros asumimos que es la realidad; estableciendo el
significado y la comprensión en el interior de las personas.
Igualmente, otro representante es Heidegger,
refiriéndose este a la interpretación de la “Interacción Social”. Herbert
Blumer dio su aporte a la etnometodología, haciendo hincapié en la manera como los
individuos organizan el conocimiento en sus asuntos habituales; cumpliendo un
rol en la construcción de su vida y por ultimo a Mauro Wolf, con la interpretación clara e
inequívoca de lo que realmente se trata la vida, de la mano a la etnometodología,
conociendo y comprendiendo lo que la gente piensa y no lo que hace o deja de hacer.
Su aplicación dentro de la realidad escolar se centra en comprender su realidad
desde los significados de las personas implicadas en el proceso educativo, estudiando
sus creencias, intensiones, motivaciones y otras características no observables
de forma directa susceptibles a la experimentación.
Referencias
Barrios
M. (2008).Una mejor Educación para una
mejor Sociedad. Caracas. Federación
Internacional Fe y Alegría.
Lunnar
T. (2005). Paradigmas de Investigación.
Metodología Cualitativa en la Investigación: Investigación Acción. Cuadernos
monográficos, revista N° 6. Venezuela. Editorial Candidus.
Meza L. (2006). El
paradigma positivista y la concepción dialéctica del conocimiento. Revista Virtual, Matemática
Educación e Internet. Online. Disponible en: http://revistas.tec.ac.cr/index.php/matematica/article/viewFile/2296/2087.
Consultado en: 2018, junio 26.
1 comentario:
Muy buen aporte Mariela, con respecto al paradigma interpretativo más allá de indagar las causas, busca comprender las particularidades de los fenómenos, de allí se le asigna el carácter ideográfico. A diferencia del paradigma positivista que arroja un informe de tipo técnico, este enfoque se presenta en forma de estudio de casos, esto significa que agrupa entre otros aspectos una descripción completa del contexto y del papel del sujeto cognoscente en el proceso de la interacción con los informantes, por eso dentro de sus premisas el investigador debe tener una postura participativa.
En el ámbito educativo, por ejemplo, permite profundizar en los diferentes motivos y sentido de las conductas o comportamientos de los estudiantes en una determinada situación objeto a estudio y así llegar a una posible solución.
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