Mónica Cosme, C.I. 15.532.566
DESAFÍOS DE LA EDUCACIÓN DEL SIGLO XXI
Ante los inminentes
cambios que impera en el mundo actual, tanto en el ámbito económico, político,
cultural, así como por la estampida tecnológica, se emergen nuevos escenarios
sociales, que obliga necesariamente a reflexionar sobre la clase de individuos
que la sociedad futura demanda, así como dar paso a otras concepciones y estar
dispuestos a abrir el abanico de oportunidades que ofrece una vida
profundamente cambiante.
Esta realidad plantea
transformaciones en los sistemas educativos, que sea capaz de revolucionar los
procesos de enseñanza para a asumir los retos y desafíos del siglo XXI. Por
consiguiente, se requiere una educación flexible que vaya más allá de la
centralidad del conocimiento en el docente y la escuela, de la trasmisión de la
información al estudiante, es necesario una educación más dinámica, que
responda al mismo ritmo de los cambios, que pueda formar a los individuos para
el futuro, capacitarlos para afrontar las diversas dificultades de un entorno
tan complejo.
En donde, el papel de las
instituciones educativas no solo sea brindar una educación a los alumnos, sino un
espacio que conlleve a prepararlos para la vida, esta debe ser direccionada
como una comunidad de aprendizaje, en la que exista una colaboración
comunitaria entre padres, profesores y los propios alumnos.
De igual manera, esta
exigencia amerita reformar el rol del docente, con una visión más integradora, como
un gestor axiológico, orientado a una formación de valores y conciencia al
alumno, que busque el desarrollo de habilidades, conocimientos y capacidades,
así como el estímulo de su creatividad e innovación.
Desde esta perspectiva, la educación tiene
retos futuros, sus propósitos se están diversificando, hay una urgente
necesidad de vincular la escuela con el aparato productivo, con los problemas
sociales, ya que el sistema educativo actual no se ha adecuado al contexto de
los estudiantes, pues no ha tomado en cuenta su realidad social y económica,
sus necesidades y expectativas.
En este sentido, De Zubiria (2013) propone los
siguientes desafíos que deberá enfrentar la educación en las próximas décadas:
1.
Privilegiar el desarrollo frente al
aprendizaje: para permitir a los estudiantes interpretar, analizar y argumentar
la información que accede a través del uso de la tecnología.
2.
Abordar al ser humano en su complejidad
(diversidad e integralidad): el docente debe reconocer las diversas dimensiones
humanas y el compromiso de desarrollar en los estudiantes cada una de ellas,
las cuales son: cognitiva, comunicativa, social, valorativa y práxica.
3.
Priorizar el trabajo en competencias básicas:
al aprovechar las capacidades que posea el estudiante.
4.
Desarrollar mayor diversidad y flexibilidad
curricular en la educación básica y media: dejando a un lado el trabajo
rutinario y sincronizado para promover la originalidad, la fluidez y el
pensamiento independiente.
5.
La formación de individuos más autónomos: los
docentes deben lograr que sus estudiantes dejen de necesitar su apoyo y
participación, para que estén en capacidad de tomar todas y cada una de sus
decisiones de manera responsable.
6.
Favorecer el interés por el conocer: incentivar
la preocupación por la ciencia, la necesidad de preguntarse, la motivación por
comprender el funcionamiento del mundo social, natural y matemático.
7.
Favorecer la solidaridad y la diferenciación
individual: con el estímulo en la ayuda hacia el prójimo para afrontar el mundo
tan desigual e inequitativo como en el que se vive.
8. Desarrollar la inteligencia intra e interpersonal: la escuela debe formar niños que se conozcan más a sí mismos y que sepan entender los gestos y las expresiones de los demás así expresar las propias.
No obstante, adicional a lo planteado para lograr la excelencia
educativa adaptada al nuevo y futuro contexto, se requiere la participación de
todos los involucrados, de acuerdo a lo señalado por Torres (1994) en donde
afirma que el “Estado y Sociedad Civil, Organismos no gubernamentales y
organizaciones populares, sistema educativo y familia, iglesia y medios de
comunicación requieren asumir compromisos” (p.109). Estos compromisos deben ser asumidos como un
esfuerzo social, conjunto y coordinado.
Referencias
Bibliográficas
De Zubiría, J.
(2013). El maestro y los desafíos a la
educación en el siglo XXI. Editorial Revista Redipe 825.
Torres, R. (1994). ¿Qué
(y cómo) es necesario aprender? Necesidades básicas de aprendizaje y contenidos
curriculares. Quito, Ecuador: Libresa.
6 comentarios:
Pienso que el surgimiento del paradigma positivista ayudo al hombre a comprender y conocer el mundo, a salir de la época del oscurantismo la cual estaba manipulada por el Clero en ese entonces, dando fe de que el mundo natural existe y que puede ser analizado, explicado, controlado y comprobado de manera independiente de los fines y valores de los individuos, utilizando la vía hipotético-deductiva de manera lógica y metodológica aplicable a cualquier ciencia, donde la teoría ha de ser universal, sin vinculación a un contexto especifico. Su aplicabilidad en el área educativa proporciona una aproximación al análisis de los fenómenos que se suscitan en el campo educativo de manera cuantificable para poder hacer análisis e interpretaciones de los mismos.
Hoy en día la educación sin la tecnología está alejada de las necesidades de los estudiantes, por ello es necesario conocer nuevas formas de apoyar el aprendizaje. Donde se tome como punto de partida la necesidad que tienen los individuos de actualizarse. El uso de las tecnología a nivel mundial va cada día en constante evolución, por tal motivo es indispensable que todas las personas con acceso a internet estén en sincronía con dicho proceso de evolución, pues el mismo se da de forma cotidiana y es el medio más actualizado para comunicarnos con el resto del mundo.
Al hacer referencia a la comunidad de educadores que tienen la responsabilidad de impartir conocimientos en los diferentes niveles y modalidades del ámbito educativo, se puede decir que dichos profesionales deben tomar conciencia y estar a la vanguardia de las tecnologías y desafíos del siglo XXI. Se requiere profesionales comprometidos y dispuestos a aceptar los cambios, entre los que destacan: intercambio de saberes, información, debates de proyectos y propuestas enfocadas en la importancia que tienen para el proceso de enseñanza- aprendizaje .
Los entes gubernamentales deben velar por el buen ambiente de trabajo para los docentes y estudiantes, donde se permitan actualizaciones de los profesionales de la docencia, además de acondicionar los espacios educativos con equipos que se adapten a las transformaciones tecnológicas.
Excelente disertación manifestada en la ponencia “Desafíos de la Educación del Siglo XXI”. El basamento teórico expresado dejo evidenciado que: el aula de clases se ha mantenido incólume durante los últimos 150 años, desde la llegada del positivismo, la educación memorista y replicación del conocimiento docente-estudiante ha sido el centro del proceso enseñanza-aprendizaje.
Con la aparición de los nuevos métodos y paradigmas, los avances científicos y la comprensión de la realidad humana integral, con una perspectiva holística, se vuelve imperativa la transformación de la realidad educativa dentro de los nuevos parámetros que conforman la percepción del ser como entidad bio-psico-social. La docencia del siglo XXI tiene entonces el reto de desaprender los viejos métodos educativos y adaptar sobre la marcha, o corre el riesgo de quedar relegada en su función social. Como bien dijera Simón Rodríguez "Inventamos o erramos".
Los desafíos que se vislumbran en nuestra educación, nos generan múltiples expectativas, en torno a cómo enfrentar los cambios que se han presentado y se avecinan en materia educativa, sin embargo, esto se constituye en un reto a seguir, donde el abanico de desafíos, que reviste esta realidad, nos permite asumir una postura acorde con las exigencias del caso, lo que debe impulsarnos a asumir el compromiso de atender esta demanda, desde una perspectiva histórica, trascender por encima de las dificultades y limitaciones, llevando a cabo un accionar con excelencia, que permita emerger de los actores involucrados que forman parte de este escenario lo mejor de sí mismo.
De esta manera, este accionar antes de ser liberador, debe ser para la vida, pero no de cualquier vida, sino de la vida humana, y en primer lugar de la vida de quienes se están formando en nuestras instituciones educativas, a quienes debemos de enseñar, no solo los contenidos teóricos, sino también que sepan aprender a interpelar y cuestionar, con su palabra ininteligible en principio, las certezas o la sabiduría de su realidad y de quienes la conforman.
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